Si existe algo que distingue a nuestro país es su “color”.
En la cultura mexicana los colores juegan un papel muy destacado. México es un país de gran biodiversidad y por ende de mucho colorido (sobre todo el centro y sur del país), y ello se ha visto reflejado en la cultura, el arte y la cosmovisión de sus pueblos.
El rosa mexicano, identificado con la flor buganvilla, usado en la artesanía tradicional mexicana. Los colores de la bandera mexicana son de por sí muy típicos del país: el verde y el rojo nos recuerdan a los pimientos y las salsas, el blanco es un color neutro frecuentemente asociado con muchas flores.
Sin embargo, hay uno en particular que denota mística, identidad y tradición. El color púrpura.
Por siglos, el caracol púrpura pansa habitante de los acantilados de Huatulco ha dado el más puro y firme color del espectro violeta, presente en prendas de vestir de las culturas: mixteca, huichol, zapoteca, entre otras.
Durante miles de años, los mixtecos han obtenido este color único de los caracoles llamados Tixinda o Púrpura Pansa (Plicopurpura pansa), cuyo tinte se extrae siguiendo los ciclos de la luna y sin dañar a los animales.
Para los mixtecos el color púrpura simboliza la fertilidad, la fuerza, el poder y la muerte, por lo que su aprovechamiento además de tener un valor económico, posee un importante valor cultural.
Hoy en día, la zona del litoral oaxaqueño donde habita este molusco gastrópodo fue decretada zona de conservación para preservarlo.
Preservar nuestra riqueza cultural depende de todos nosotros. Si quieres conocer más sobre la protección especial de esta especie y su preservación, puedes consultar la NOM-059-SEMARNAT-2010